El resolver conflictos con asertividad es de suma
importancia ya que nos permite
enfrentarnos con calma y seguridad ante situaciones difíciles o tensas y la
predisposición a resolver conflictos de una forma sensata. Algunas maneras de
aplicar la asertividad ante un conflicto puede ser hablando, entendiéndose y
comunicándose de manera tranquila y clara.
Ésta técnica consiste en dar la razón (si tenemos la culpa)
a la otra persona con la que estemos debatiendo sin importar si estamos
enojados o molestos. Por otra parte, el decir no a situaciones poco prudentes o
razonables y abusivas sin que nos afecte demasiado (aunque nos agrade mucho esa
persona) es básico para demostrar que se
pueden resolver adecuadamente los problemas que se presenten.
Es relevante mencionar que las reacciones agresivas y
pasivas son formas totalmente no asertivas para solucionar conflictos. Cuando
hablamos de reacciones agresivas nos referimos a cuando nos llevamos por
delante a quien sea sin importar las consecuencias con tal de lograr nuestros
objetivos. Insultos, alteraciones emocionales y amenazas son característicos de
esta reacción. Por el contrario, las reacciones pasivas provocan que una persona evite resolver
conflictos frente a situaciones incómodas, peligrosas o violentas. Esta persona
cede y permite que la otra persona con la que está discutiendo gane.
Un
ejemplo de la vida cotidiana de cómo resolver un conflicto con asertividad es el siguiente: Imaginemos
que un compañero de trabajo le da constantemente su trabajo para que usted lo
haga. Usted decide terminar con esta situación. Su compañero acaba de pedirle
que haga algo de su trabajo. Lo adecuado en este caso es decirle a esa persona
que no lo va a seguir haciendo porque esa no es su tarea, además puede
agregarle que ya está agotado de hacer el suyo como para seguir haciendo el de
otros siempre manteniendo la calma y el respeto. Otro ejemplo podría ser cuando
usted pide un aumento o promoción de puesto. Lo correcto sería dar respetuosamente
las razones por las cuales lo necesita y
las metas u objetivos que ha cumplido que demuestren que se lo merece. Si no se
logra de esta manera entonces hay que perseverar y seguir intentándolo. Exigir
sin tacto, y tratar de forzar a que den el aumento es lo que no se debe hacer.
Finalmente, la efectividad y eficacia de la asertividad
depende de no juzgar a los demás. Estos son señas de inseguridad y baja autoestima.
Primeramente debemos corregir nuestros errores y defectos antes de ver los de
los demás. Nosotros no somos quiénes para criticar. El pensar claramente y no
actuar con resentimiento o ira con claves para lograrlo.
Completamente de acuerdo, no debemos juzgar a los demás, sino a nosotros mismos. Antes de fijarnos en los errores de otros, debemos fijarnos en los nuestros y corregirlos.
ResponderEliminarsi definitivamente, no somos quien para juzgar a otra persona sin conocer la situacion que puede estar viviendo.
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